¿El trabajo híbrido y remoto llegó para quedarse? Postpandemia, estos modelos laborales se impusieron, pero hoy muchas compañías demandan presencialidad. ¿Qué sucederá en el futuro cercano?
¿Flexibilidad o presencialidad? El dilema sobre el trabajo híbrido y remoto
Las modalidades de trabajo híbrido y remoto fueron ganando terreno en los últimos años.
La pandemia aceleró la digitalización en las organizaciones y se produjo, tal vez como nunca antes había ocurrido, una transformación tecnológica que sirvió de sostén para poder realizar las funciones laborales durante el aislamiento.
Esto conlleva la aparición de nuevas modalidades de trabajo, donde la norma fue el desempeño remoto. A medida que la crisis sanitaria fue quedando atrás, imperó la modalidad híbrida.
En la actualidad, las empresas atraviesan un desafío importante respecto del trabajo híbrido y remoto. Muchas de ellas aún no tienen claro qué modelo es mejor en términos de eficiencia y productividad.
Algunas sostienen que estar frente a frente implica un mayor compromiso con las tareas que realizan los equipos; otras, que el rendimiento es mayor cuando el trabajo se realiza en la presencialidad.
El resultado es que una parte importante de las compañías está volviendo a apostar por la presencialidad completa y otras están adoptando modelos híbridos, donde el tiempo de trabajo en la oficina es mayor que el del trabajo desde casa.
Ahora bien, ¿qué desean los trabajadores? Diferentes estudios demuestran que el trabajo híbrido, sobre todo debido a su flexibilidad, es la modalidad laboral preferida de muchos colaboradores y es vista como un beneficio importante a la hora de elegir un nuevo trabajo.
¿Qué sucede con los modelos tradicionales de trabajo?
Existen algunos roles que sí o sí son presenciales y que, aun en pandemia, no adoptaron modelos de trabajo híbrido o remoto. Los trabajadores esenciales forman parte de este grupo, que se ubica dentro de modelos más tradicionales de trabajo.
Se encuentran principalmente en los sectores: sanitario, alimentario, limpieza, comercio minorista, seguridad, transporte, ocupaciones manuales y técnicas.
En el documento Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023: El valor del trabajo esencial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo y los ingresos de los trabajadores esenciales para reflejar plenamente su contribución a la sociedad y su importancia en el funcionamiento diario de las economías.
Existen muchas acciones que pueden llevarse a cabo para revalorizar estos roles que fueron claves durante la pandemia, para que puedan sentirse recompensados desarrollando estas labores que implican presencialidad total.
Más allá de un salario actualizado y acorde al puesto laboral y de garantizar un trabajo en buenas condiciones, hay otros beneficios extras, como los descuentos en determinados lugares o productos, transporte, capacitaciones gratuitas o formación específica que permita el desarrollo profesional pueden ser incentivos muy valorados para estos colaboradores.
Otra acción valiosa es extender las vacaciones pagas, ofreciendo más días que los convencionales de acuerdo a las normativas del país.
La pandemia nos ha dejado muchos aprendizajes: apostar a una mayor inversión en las infraestructuras, la capacidad productiva y los recursos humanos debe ser una prioridad para las empresas.
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